martes, 8 de diciembre de 2009

Silencio de Sierra Norte

Tras dos días en Almadén de la Plata, pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, podría contar la fantástica comida del sábado con nuestros amigos o las gracias de nuestro sobrino postizo que casi con seis años tiene esas ocurrencias de infancia y esa ilusión por descubrir, que encandila a todos los que están cerca. Pero si algo me ha vuelto a impactar es el silencio.

Oigo ahora mismo desde mi ventana el murmullo incesante del tráfico de la ciudad, el rugir de la motocicleta de un muchacho con complejo de inferioridad y una gran necesidad de figurar y de que hablen de él, aunque sea para cagarse en su madre por el escándalo que va montando... Y añoro el silencio de ayer por la noche. Me fumaba un cigarrillo en la puerta de la casa, en plena calle y me pitaban los oidos, como reclamando su ración de ruido ante el vacío. ¡Qué añoranza! ¡Qué bueno el silencio que nos permite oirnos a nosotros mismos!