sábado, 28 de enero de 2012

Si hay que ir, se va...

En más de una ocasión he contado en el blog peripecias de una de mis sobrinas. Una niña "mú echá p'alante" con una vitalidad increíble, que empezó a botar como una pelota el día en que nació y seis años después ni ha parado ni da síntoma alguno de que vaya a hacerlo...

Hace unos quince días mi cuñada informó a su niña de que el fin de semana pasado tenían programado pasarlo fuera de Sevilla. Se lo pintó muy bonito. "¡Imagínate qué bien lo vas a pasar con papá, mamá, tu hermana y los primos!". Curiosamente, la niña se quedó con una cara más que seria, no le hizo ni la más mínima ilusión y dejó a su madre sin saber qué le pasaba...

En los días siguientes, cada vez que se hablaba de los planes del dichoso fin de semana, la niña se quedaba muda, sin reaccionar a los intentos de su madre de animarla y con una cara de resignación que parecía decir... "Si hay que ir, se va". Todo un misterio para una niña que disfruta como nadie jugando, corriendo y saltando...

Cuando apenas quedaban veinticuatro horas para la partida, seguía con la misma cara de resignación y su madre ya no pudo aguantar más...

- ¿Se puede saber qué te pasa a ti con el fin de semana que no te hace ninguna ilusión?
- Nada mami, nada...
- ¿Me quieres contar de una vez qué te pasa y por qué no quieres ir?
- Vale mami... Es que estoy "preocupadita" porque como habrá leones y eso, me da un "poquito" de miedo...
- ¿Cómo que habrá leones y eso, pero dónde crees que vamos?
- ¡Pues donde tú me dijiste... A la selva!

Mi cuñada no podía aguantar la risa...

- Así que era eso... No hija no. ¡Yo te dije; a la s-i-e-r-r-a!

Ella, que había estado dispuesta (a pesar de tener "un poquito de miedo") a ir a la "selva" si sus padres le decían que tenía que ir, se quedó bastante más tranquila cuando se enteró de que solo iba a la "sierra". De hecho, en todo el fin de semana no paró. Según llegaron a Almonaster la Real se asilvestró y cuando llamamos por teléfono su tía y yo para fecilitarle por su santo (que coincidía esos días) solo nos pudo atender veinte segundos con grandes voces porque estaba muy ocupada...

- Gracias titos... ¡Os dejo que voy a seguir viendo a los "cochinos"!

Y es que donde estaban comiendo también criaban cerdos... Pobres "cochinos", esos sí que tuvieron que pasar miedo...

jueves, 12 de enero de 2012

¡Que ya quisieran los alemanes...!

Cuenta la leyenda que cuando a finales de 1972 el Ministro de la Vivienda de entonces presentó a Franco las Normas Tecnológicas de Edificación que se habían redactado para modernizar la construcción en nuestro país; actividad en la que se seguían empleando técnicas medievales y en la que la máxima protección de cualquier obrero era el pañuelo con los cabos anudados en la cabeza; le dijo:

"¡Excelencia, tenemos una Normas de Edificación que ya quisieran los alemanes...!"

En buena parte era cierto porque aquellas Normas Tecnológicas de Edificación (NTE) españolas habían nacido de fusilar las normas DIN alemanas. Eran tan buenas y avanzadas que aún hoy los arquitectos e ingenieros seguimos consultándolas, y tan alejadas de la realidad del momento de su publicación (23 de diciembre de 1972) que nunca fueron de obligado cumplimiento, sino "meramente orientativas"...

Y llega 2012 y nos vemos en las mismas. Sin ir más lejos, tenemos una red de aeropuertos en España... ¡Que ya quisieran los alemanes!

Al menos eso parecen seguir pensando la caterva de megalómanos y descerebrados que la han concebido y construido con nuestro dinero.

Ya quisieran los alemanes; que tan solo cuentan con veinticuatro aeropuertos en todo su territorio; disfrutar de los cincuenta y cinco que tenemos en España (más que capitales de provincia), y ser un país tan rico que puede permitirse el lujo de mantener tres aeropuertos sin aviones (Badajoz, Ciudad Real y Castellón) "para que las familias disfruten de pasear por las pistas"; según el ínclito promotor del último de los mencionados.

Ya quisieran los alemanes; que viven obsesionados porque cada uno de sus escasos aeropuertos consiga un tráfico medio de entre 1,5 y 2 millones de pasajeros anuales por cuestiones de rentabilidad; poderse dar el gustazo de mantener abierto y operativo un aeropuerto como el de Huesca por el que en sus cuatro años de historia han pasado una media de ocho pasajeros diarios (2.920 anuales), por el que en todo el mes de noviembre pasado transitaron cuatro pasajeros, después de que en octubre no lo hubiese hecho ninguno.

Ya quisieran los alemanes tener una Justicia tan bondadosa como la nuestra, en la que los animadores, promotores y ejecutores de esa red de infraestructuras aeroportuarias siguen en la calle sin imputación alguna en vez de haber ido derechitos a la cárcel después de haber respondido con todo su patrimonio personal; aunque solo alcanzase para cubrir una mínima parte; por el despilfarro atroz de miles de millones de euros de todos nosotros.



En este país somos así... ¡Ya quisieran los alemanes!... ¿O no?

¡Joder qué país!


P.S. De los cincuenta y cinco aeropuertos españoles; tres no tienen aviones ni visos de que lleguen, nueve son absolutamente ruinosos y solo once presentan balances económicos positivos.

P.S.S. Y ojo con la red de AVE que va por el mismo camino...