martes, 22 de junio de 2010

Emoción indescriptible...

Es muy difícil explicar con palabras los sentimientos que he vivido en un día como hoy. El corazón se me iba a salir del pecho cuando me aproximaba a ella. Mis ojos recorrían cada centímetro de su piel a pesar de que mi mente ya la conocía de memoria, antes incluso de que existiera.

¡Eres como te soñé!

Las fachadas ya terminadas

Hoy he hecho la visita final de obra a un pequeño bloque de viviendas en Jerez. Una obra compleja que se ha alargado durante mucho más tiempo del esperado. Se encuentra en una parcela muy irregular, en pleno casco histórico de Jerez, junto a la bellísima iglesia de San Miguel. El edificio preexistente tenía grietas en las que casi cabía el brazo y había perdido parte de la planta superior en un derrumbe. A pesar de estos problemas, tuvimos que mantener la fachada principal por normativa local.

Vista de la iglesia de San Miguel desde la azotea

A falta de unos pocos detalles, por fin está acabada... Hoy, como si fuera una hija recién nacida, ha cobrado vida propia y, por decirlo así, ha dejado de ser mía. Hasta hoy dependía de mis decisiones de obra, de mis visitas y cuidados. La he recorrido mil veces y, a partir de hoy, no podrá volver a ser así. Los propietarios  ocuparán sus viviendas, cerrarán sus puertas y se olvidarán de mí...

El salón diáfano de la planta segunda

Juego de vistas de los tramos de la escalera

Azotea con el ático que alberga una coqueta habitación

Ya es emocionante plasmar en un papel una idea, pero la arquitectura es para ser construida, y esa primera emoción nada tiene que ver con la que se experimenta al ver crecer esa idea en acero, hormigón, ladrillo...

¡Esa es indescriptible!

Las manos sobre la puerta principal

Por cierto, una pequeña adivinanza respecto a algo que se le ocurrió al cantero... ¿Qué creéis que significan las dos manos que hay en el dintel de la entrada principal?

miércoles, 16 de junio de 2010

¡Roja chillona!...

Dicen que todo en la vida es según el color del cristal con que se mire... Y no hay cosa más cierta.

Millones de españoles nos debatimos a esta hora entre la decepción y el cabreo por ver derrotada a nuestra selección en el primer partido del Mundial 2010. La todopoderosísima "Roja" que, cual nueva Armada Invencible, la ha cagado a las primeras de cambio y ha acabado "Roja chillona" de vergüenza.

Imagen del gol de Suiza obtenida del diario deportivo As

Mientras tanto, mi amigo Juanfran y otros miles de españoles se están acordando de la familia de cada uno de los jugadores porque no les libra ni la caridad de pagar los electrodomésticos que compraron en una magna promoción de la conocida cadena Media Markt. Mi amigo se mudó hace apenas una semana y, aprovechando el estreno de casa, decidió estrenar también televisor LCD. El pobre estaba animoso porque con la selección española de favorita, la propaganda que rezaba "¡Si España lo gana todo, tú también lo ganas todo!", parecía ser una apuesta a caballo ganador... Su gozo en un pozo.

Solo hay una diferencia entre ambas situaciones. Mientras los millones de futboleros seguiremos anhelando que la, ahora humilde, "Roja" gane el próximo partido, ellos ya han perdido toda esperanza.

Como me decía Juanfran en un mensaje hace un ratito... "¡Es que no me ha dado tiempo ni de hacerme ilusiones!"

¡Está clarísimo!... Todo en la vida es según el color del cristal con que se mire...

miércoles, 9 de junio de 2010

¡Lo sé, señoras, lo sé!...

Allá por enero de 1994, cuando inicié mi carrera docente, contaba con veintinueve primaveras, con mi pelo canoso (casi blanco) y con un peso ideal de 93 kilos... Y tenía mucho éxito entre las féminas.

Mis alumnas, de las que la dueña y señora de mi vida decía en aquel entonces que eran "muy guarras", me pusieron de mote "Richard Gere". Mis compañeras profesoras tenían a bien avisarme de las "enamoradas" que tenía cada curso entre las alumnas para que evitase situaciones que pudieran resultar comprometidas...


Pero me perdió el gusto por las "tapitas y cervecitas" sevillanas... Inicié un paulatino proceso de "engorde" que llegó a su extremo en las postrimerías de 2009 cuando alcancé mi peso máximo de 124 kilos. Me había convertido en un hombre invisible para las mujeres. Ya no tenía "enamoradas" ni entre las madres de mis alumnas, y mis alumnos hace años que me habían cambiado el mote de "Richard Gere" por el de "Gambrinus" (el personaje tripón que anuncia la cerveza Cruzcampo).

Por otro lado, los médicos me daban avisos cada dos por tres porque, ni con las pastillas, conseguían controlar mi tensión arterial y mis taquicardias... Acabé dos veces en el hospital por este problemilla.

Así que la dueña y señora de mi vida me pidió una cita, quisiera yo o no, con una endocrina para el pasado 8 de febrero...

Hoy se cumplen cuatro meses de aquella primera cita y las cosas han ido más que bien. Mi tensión arterial está totalmente controlada y mis taquicardias han desaparecido por completo.

Pero además, mi peso se ha reducido hasta los 97 kilos (por el momento)... Y parece que he vuelto a ser un hombre visible entre las féminas...

Ya he pillado a dos amigas que caminaban detrás de mí con la mirada baja... Y cuando me he vuelto, me han dicho con descaro...

- "Hijo, es que se te ha quedado un culito..."

¿Será que me he vuelto un hombre objeto...? ¿Será que mi "culito" vuelve a ser un icono sexual...?

¡Lo sé, señoras, lo sé!... ¡Estoy buenísimo!

domingo, 6 de junio de 2010

¡¡Por fin somos funcionarios!!...

Llevo diecisiete años como profesor de secundaria en un colegio concertado. En este tiempo, los profesores de la enseñanza concertada en Andalucía hemos intentado mejorar nuestras pésimas condiciones laborales...

El punto de partida es un tanto extraño porque, desde que se llevaron adelante los conciertos, somos un colectivo en tierra de nadie...

Trabajamos para quien no nos paga... Y nos paga aquel que no nos contrata... De esta forma, unos y otros, se dedican a darnos por...

La patronal, que tiene nuestro destino laboral en sus manos (gestiona contratos, horarios, nóminas y todo lo demás), pasa olímpicamente de defender nuestros intereses. Lo principal es mantener contenta a una administración que es la que nos paga a nosotros, y también a ella. Una patronal que sabe bien que cuanto menor sea nuestra masa salarial, mayor podrá ser su asignación por los conciertos.

De esta forma, trabajamos casi un 40% más de horas que nuestros compañeros de la pública, cobramos entre un 20 y un 30% menos que ellos (dependiendo del curso en que impartamos clase) y, para colmo, nuestros patronos nos pueden poner en la calle con las mismas condiciones que a cualquier otro trabajador de una empresa privada.

Así se explica que siendo poco más del 10% del profesorado andaluz, atendamos a bastante más del 15% de los alumnos de Andalucía, con un gasto salarial que apenas roza el 8% del total... ¡Somos un súper chollo!

Ante esta situación, llevamos mil años reclamando una progresiva homologación de nuestras condiciones laborales y salariales con los compañeros de la pública...

En este tiempo, la administración pública, nuestros compañeros de la pública y los sindicatos de clase que solo defiende a la enseñanza pública, nos ha repetido, por activa y por pasiva, que no somos funcionarios... Que no hemos aprobado una oposición... Me lo llegó a espetar con furia uno de los miles de interinos, que tampoco han aprobado una oposición, pero ocupan plaza en la enseñanza pública...

Y nosotros no hemos hecho más que repetir que eso ya lo sabemos y que no queremos ser funcionarios, pero tampoco gilipollas...


Tras repetirnos durante años que no somos funcionarios, tuvieron a bien darnos unas migajas desde hace cinco años. Se inventaron un "complemento de homologación" y, sin tocar nuestros agotadores horarios de hasta siete horas seguidas de clase el mismo día (que están prohibidos en la pública), nos subieron el sueldo un poquito para que, de forma paulatina, lleguemos a cobrar lo mismo que nuestros compañeros funcionarios dentro de quince años. Por supuesto, no se llegó a ningún compromiso respecto a la equiparación de los horarios ni demás condiciones laborales.

Y todo esto hasta que, la semana pasada, la Junta de Andalucía nos informó de que... ¡¡Por fin somos funcionarios!!

¡Albricias! ¡Lo hemos conseguido!

Y es que nos bajan un 7% el salario... ¡Para esto sí nos consideran funcionarios! ¡Hay que joderse!

Somos trabajadores con convenio propio y ni siquiera la administración se puede saltar un convenio. Así que nuestra administración andaluza se ha estrujado el cerebro para conseguir equipararnos en esto a nuestros compañeros funcionarios...

¡Ha calculado el 7% de nuestro salario íntegro y nos lo ha quitado en su totalidad del "complemento de homologación", cuya cuantía no está detallada en el convenio!

¡Volveremos a estar igual de jodidos que hace cuatro años! ¡Dará aún más pena de lo que ya da ver nuestra nómina a final de mes! ¡La distancia que nos separará de las condiciones de los compañeros de la pública volverá a medirse en años luz!

¡No importa, compañeros de la concertada! ¡No os preocupéis porque no bajen lo mismo las hipotecas que casi no podéis pagar con los salarios que disfrutamos! ¡Todo sea por el logro alcanzado!

¡¡Por fin somos funcionarios!!

P.S. Sólo por complementar la información, decir que yo tengo las mismas horas que un compañero de la pública porque no tengo jornada completa (renuncié a ella para intentar sacar mi estudio de arquitectura adelante y ahora con la crisis voy aguantando) y cobro algo más del 55% que una amiga mía de la pública que me acaba de confirmar su salario tomando una cervecita.