No he podido recuperarme aún del horror de ver y leer en el suplemento "Domingo" de "El País" un artículo sobre la ejecución por lapidación de un hombre en Somalia, condenado por adulterio por un supuesto tribunal islámico. Además en el artículo, que no he podido acabar de leer porque me estaba poniendo malo, se describían otras barbaridades similares...
¿Cómo es posible que un ser humano le haga esto a otro a sangre fría? ¿Cómo es posible que se justifique en nombre de una religión la muerte de una persona? ¿Cómo es posible que en nombre de un estado, un poder político o una ley se siga condenando y ejecutando a personas en este mundo globalizado y supuestamente moderno? ¿A qué altura moral queda el verdugo respecto al condenado?
Cómo me alegro de vivir en un país que abolió la pena de muerte... Cómo me entristezco de vivir en un mundo en el que aún hay países, gobiernos y religiones que la justifican y emplean. ¡Qué horror!