Ya he retornado a la ciudad donde vivo... a Sevilla. Quedó atrás Bilbao y la tierra en que nací, con esa especie de vértigo espacio-temporal que genera el hecho de viajar en avión y encontrarte en apenas una hora a mil kilómetros de donde saliste.
Quedaron atrás mis padres, mis hermanos, mi sobrino... Los mil ratos que hemos disfrutado juntos estos días especiales.
Esta tarde estoy con "morriña" (fantástica palabra heredada del gallego). Siempre que retorno me pasa lo mismo. Me puede la melancolía durante los primeros días y pasan por mi cabeza, como si de una película se tratara, los recuerdos de los momentos pasados.
Lo malo es que nuestro ritmo de vida nos devora y acabo de revisar los más de 60 correos electrónicos que estaban esperándome después de una semana sin Internet. Mañana, aunque sea fin de año, no quedará más remedio que volver a ponerse al día.
A mi familia sólo decirle... ¡Ya os echo de menos! ¡Cómo os quiero!