jueves, 7 de enero de 2010

Del pensamiento único...

En la danza infinita de la Tierra alrededor del Sol existe una curiosidad sobre la que a mí me encanta reflexionar. El día 22 de diciembre amanece exactamente en el mismo instante en Londres y en Río de Janeiro. El mismo Sol se eleva sobre el horizonte de manera simultánea en dos puntos que distan 9.254 km entre sí. Uno de ellos en el hemisferio norte y otro en el hemisferio sur. ¡Qué curioso!


El mismo amanecer y al unísono... Para unos señalará el inicio del día más corto del año; probablemente frío, gris, empañado por la lluvia y triste agorero del duro invierno. Para otros significará la alborada del día más largo; seguramente cálido, luminoso y alegre mensajero del verano.

El mismo acontecimiento, exactamente al mismo tiempo, será compartido por los millones de personas que pueblan ambas ciudades y... ¡Qué distintas serán sus sensaciones!

Cada día de mi vida soy testigo, junto con el resto de millones de seres humanos, del devenir de la Historia. Idénticos acontecimientos, en un único planeta, alrededor del mismo Sol... ¡Qué suerte que cada uno de nosotros los perciba de forma dispar y así podamos compartir la vida!

Por eso me aburren tanto los predicadores del "pensamiento único", los iluminados que desde el poder, la política, la economía, la educación, la prensa, pretenden decirnos qué tenemos que sentir y pensar ante el mundo. Por eso me alarman tanto los heraldos de la "seguridad global" que dicen defendernos de todo mal siempre que renunciemos a nuestra identidad personal. Por eso me aterrorizan tanto los gobernantes que, como "jinetes del Apocalipsis", siembran guerra, peste, hambre y muerte donde no se comparte su visión del mundo.

Al inicio del décimo año del siglo XXI, viviendo en el mismo planeta que sigue su danza infinita alrededor del Sol quiero gritar... ¡Iluminados, dejadme en paz! ¡Soy distinto y quiero seguir siendo distinto!

P.S. Imagen de la Tierra con su fina atmósfera, obtenida de la web de la NASA.