Desde muy niño, el cielo estrellado me subyugaba, pero mucho más, la hermosa y única cara de nuestra eterna compañera en el baile universal. Cuenta mi madre que con dos años, de vacaciones de verano en León, no podía dejar de mirar una Luna llena que me iluminaba la cara y hacía brillar mi pelo. Parecía hipnotizado por ella... Y todavía me dura, porque lo sigo estando.
Su hermosura pálida, su aparente frialdad... Pensar que lleva con la Tierra 3.800 millones de años... Pensar que cuando la miramos vemos esencialmente la misma Luna que vieron antes los ancestrales peces que se aproximaron a la superficie de un mar Paleozóico cautivados por su luz, los dinosaurios que cazaban ayudándose de su resplandor, los primeros mamíferos de los que descendemos, me emociono profundamente.
La marea entre Tierra y Luna la aleja de nosotros cada vez más. Unos dos centímetros al año. Durante una vida humana apenas si se alejará metro y medio... Pero cada día está más lejos.
Y hoy, con hondo pesar, se ha alejado, no unos metros sino una cantidad ingente de años... La NASA ha cancelado el programa espacial lunar que pretendía volver a nuestro satélite.
Pensaréis que con la que está cayendo en la Tierra, se me ha ido la olla por apenarme de tal cancelación, pero os aseguro que no. Basta hacer un poco de historia.
Salvando las teorías conspirativas (hoy desmanteladas por las imágenes de alta definición de las sondas lunares que han obtenido detalles de las zonas de alunizaje), el programa lunar de los años 60, se puede afirmar sin ningún tipo de duda que modeló nuestra civilización hasta lo que ahora conocemos, además de generar millones de puestos de trabajo derivados.
Se inició el proceso de miniaturización de componentes electrónicos, se inventaron una infinidad de tejidos sintéticos, hoy de uso corriente (entre ellos los tejidos térmicos), se ideó la liofilización como método de conservación alimentaria, hasta el velcro y los bolígrafos "con corazón" provienen de esa etapa de desarrollo humano...
Con el cerrojazo de hoy se cierra el camino a programas que incluían la investigación en nuevas estructuras y materiales, la obtención de Helio 3 lunar para la fusión nuclear en la Tierra, el desarrollo de nuevos modos de propulsión por levitación magnética en el lanzamiento de naves...
Hoy la humanidad ha perdido años de desarrollo de un plumazo y millones de puestos de trabajo en industrias tecnológicas. Muchas veces cuando miramos los cohetes despegar y nos enteramos de los presupuestos que comportan las misiones a Marte, Júpiter u otro destino similar, nos puede la miopía y no vemos más allá de nuestras narices para criticar de forma gratuita esos "despilfarros", sin meditar en los avances que, nacidos de ellas, usamos cada día.
Para mí, hoy es un día muy triste... Nuestra Luna está cada vez más lejos.
P.S. Fotografía propia obtenida a través de mi telescopio en El Centenillo, Jaén.