Se acerca la dueña y señora de mi vida a un supermercado próximo y realiza una compra que resulta pesar y abultar bastante. Por esta razón, opta por solicitar a la cajera del super que lleven la compra a nuestro domicilio. La cajera toma nota, entablándose la siguiente conversación entre ellas.
- ¿Domicilio?
- Avenida Carlos Marx...
- Perdón, Carlos, ¿qué?
- Carlos Marx.
- ¿Carlos Más?
- ¡Carlos Marx!
- ¿Carlos Mar?
- ¡Carlos Marx!
- ¿Carlos Mac?
Ya un poquito mosqueada, mi señora le deletrea...
- ¡Carlos Marx! ¡M-A-R-X!
A lo que la cajera contesta con ánimo de justificarse...
- Perdone, no conozco a ese señor. ¡Yo es que no soy de Sevilla!
Ante esto, zanja la conversación el caballero que esperaba en la cola tras mi dueña, con un tono de notable cabreo...
- ¡Niña! ¡Y ese señor tampoco!
Pobre Carlos Marx... Ya ni los proletarios lo conocen. Si levantara la cabeza...
P.S. Caricatura de Marx tomada de la red. Obra de Omar Zeballos.