miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cartel de fiestas de primavera y otras desdichas...

Pensaba escribir una entrada a propósito de la presentación ayer del cartel de las fiestas de la primavera 2010 de Sevilla... Pero aún no me he recuperado de la impresión al verlo y sigo sin palabras.


Cartel de las fiestas de primavera 2010, perpetrado por Reyes de la Lastra

La mujer con la que comparto los días de mi vida, lejos de quedarse sin palabras, no ha dejado de ejercer de "opinadora" desde que esta mañana se desayunaba con la noticia y la imagen en la prensa escrita, al tiempo que la radio le acercaba los sonidos del evento que se celebró ayer. Así que ante el estado de estupor mental que me ha dejado temporalmente mudo, me ha pedido que le dé la palabra en el blog y transcriba sus impresiones.

"Sin tener absolutamente nada en contra de la duquesa de Alba y respetando al máximo la figura de Juanita Reina; como mujer sevillana; me parece una ofensa que se afirme que ellas nos representan. Creo que ninguna de las dos representa a la mujer moderna, trabajadora, dinámica, independiente... Que sufre como cualquier persona el azote del despido, del paro, de las dificultades para seguir adelante día a día en una ciudad a la que le tocó en el reparto más belleza que a otras... y menos capacidad económica para asegurar el bienestar de sus ciudadanas.
Las fuerzas vivas de la ciudad rugían enfervorizadas ante el magno cartel, que para mí representa una combinación de los más arcaicos topicazos del sevillanismo pijo militante. La arsitócrata que tiene a bien compartir con el pueblo llano el jolgorio y lo trasmite a su prole capillita y cofradiera. La folcórica que se convierte en mito más allá de su muerte para resucitar diez años después como símbolo festivo.
Que pena de mi ciudad que hundida en su catetismo, presuntamente ilustrado pretende avanzar en el siglo XXI. Por favor, que se convoque un concurso de carteles, como en tantos otros lugares, y se elija el que además aporte calidad artística acorde con el tiempo en que vivimos y no una horterada semejante, más acorde con 1910".

(La alegre "opinadora")