viernes, 6 de agosto de 2010

Perfidia y remordimientos...

Aquel sábado de finales de julio (queda más bonito que decir "hace casi dos semanas") la dueña y señora de mi vida, que no había podido dormir bien, tenía un humor de perros.

- "¡No lo soporto más! ¡Me tiene hecha polvo! ¡Lo cambiamos ya!"

Entristecido, como buen "nasío pa obedesé", me dispuse a acatar las órdenes mañaneras...

- "¡Ahora mismo nos vamos a buscar otro!"

Con las orejas gachas, me afeité, duché y vestí... De vez en cuando conseguía echarle una mirada furtiva, intentando percibir en él algún atisbo de tristeza. ¡Tantos años juntos! ¡Tantas alegrías y tristezas compartidas! Y todo eso, a ella, le traía sin cuidado... La perfidia que venía gestándose; quién sabe desde cuándo; se iba a consumar. Y yo era obligado a participar en ella, a ser cómplice...

Tras ver, tocar y probar, la pérfida mujer (la dueña y señora de mi vida) se decidió por el sustituto idóneo.

- "¡Este me encanta! A ti también te gusta, ¿no?"

Solo pude asentir con un leve y triste cabeceo... La traición se había consumado y, para colmo, la amable chiquilla que nos atendía, ajena al drama, puso fecha a la sentencia.

- "En dos semanas, como máximo, lo tienen en su casa y retiramos el antiguo."

Se había referido a él como "el antiguo", sin más. ¡Qué atroz resumen de dieciséis años de historia juntos!
-------------------------------------------------------------
Sabedora de lo que estaba haciendo, a la dueña y señora de mi vida (la pérfida mujer) le entraron los remordimientos hace un par de días, cuando nos confirmaron por teléfono que la sustitución se llevaría a cabo con algunas jornadas de antelación.

- "¿Sabes que me da pena desprenderme de él? ¡Son un montón de años juntos!"

Y yo pensaba en silencio... ¡A buenas horas!
-------------------------------------------------------------
Ayer fue el día, y la dueña y señora de mi vida estaba sola en casa cuando pasó... Se lo llevaron por la puerta, con esfuerzo, los mismos hombres que minutos antes habían dejado al sustituto... Les costó arrastrarlo escaleras abajo, como si agarrándose firme a la barandilla quisiera quedarse y evitar su fin... Y ella lo vio marchar.

- "¿Te puedes creer que me ha dado pena cuando se lo han llevado?"

Y me lo decía compungida, con los remordimientos en la garganta, a pocos minutos de probar cómo le iba con el sustituto... Ella que había sido la pérfida, la traidora...
-------------------------------------------------------------
Pues sí. Ayer cambiamos por primera vez de colchón desde que nos casamos hace casi dieciséis años... ¡Las cosas que había vivido con nosotros mi pobre colchón! Y todo porque la dueña y señora de mi vida no podía más con los dolores de espalda con que se levantaba de la cama... ¡Qué injusticia después de tantos años de callado servicio!

Un recuerdo para ti, siempre... Aunque he de reconocer que ayer dormí divinamente en tu sustituto...