martes, 22 de junio de 2010

Emoción indescriptible...

Es muy difícil explicar con palabras los sentimientos que he vivido en un día como hoy. El corazón se me iba a salir del pecho cuando me aproximaba a ella. Mis ojos recorrían cada centímetro de su piel a pesar de que mi mente ya la conocía de memoria, antes incluso de que existiera.

¡Eres como te soñé!

Las fachadas ya terminadas

Hoy he hecho la visita final de obra a un pequeño bloque de viviendas en Jerez. Una obra compleja que se ha alargado durante mucho más tiempo del esperado. Se encuentra en una parcela muy irregular, en pleno casco histórico de Jerez, junto a la bellísima iglesia de San Miguel. El edificio preexistente tenía grietas en las que casi cabía el brazo y había perdido parte de la planta superior en un derrumbe. A pesar de estos problemas, tuvimos que mantener la fachada principal por normativa local.

Vista de la iglesia de San Miguel desde la azotea

A falta de unos pocos detalles, por fin está acabada... Hoy, como si fuera una hija recién nacida, ha cobrado vida propia y, por decirlo así, ha dejado de ser mía. Hasta hoy dependía de mis decisiones de obra, de mis visitas y cuidados. La he recorrido mil veces y, a partir de hoy, no podrá volver a ser así. Los propietarios  ocuparán sus viviendas, cerrarán sus puertas y se olvidarán de mí...

El salón diáfano de la planta segunda

Juego de vistas de los tramos de la escalera

Azotea con el ático que alberga una coqueta habitación

Ya es emocionante plasmar en un papel una idea, pero la arquitectura es para ser construida, y esa primera emoción nada tiene que ver con la que se experimenta al ver crecer esa idea en acero, hormigón, ladrillo...

¡Esa es indescriptible!

Las manos sobre la puerta principal

Por cierto, una pequeña adivinanza respecto a algo que se le ocurrió al cantero... ¿Qué creéis que significan las dos manos que hay en el dintel de la entrada principal?