"Er Luis" está otra vez en chirona... ¡Lo han vuelto a pillar con drogas! No hizo caso a su hermana, que ya le dijo; "no seas tonto que te van a volver a pillar". El abogado les ha comentado que como no consigan pagar la fianza en la semana entrante se va a pasar a la sombra un montón de tiempo. Así que la familia tiene que hacer los trámites con el banco, que son un lío, para conseguir el dinero lo antes posible...
"Er Charli" va a quedar mañana con su tío, "er Cabeza", para charlar un rato bueno. Eso sí, después de ir a limpiar el coche a primerísima hora... Y es que su "Gorda" está mosqueada porque los siete millones (de pesetas) que ha pillado de la indemnización se los ha bebido y comido con los amigotes...
¿Y quiénes son "er Luis", "er Charli", "er Cabeza" y "la Gorda"? ¡Pues no tengo ni la más remota idea!
¿Y de dónde he sacado toda esa información que, por otro lado, es absolutamente cierta? ¡Pues solo oyendo (ni siquiera escuchando) en el autobús y en la terraza de un bar las conversaciones de esas otras personas por el teléfono móvil! ¡No me he enterado solo yo, sino todos los que íbamos en el autobús y todos los que estábamos en la terraza del bar! ¡Era imposible no enterarse!
No consigo entender esa falta de pudor y ese desmedido afán de exhibicionismo de quienes pregonan a gritos los detalles más íntimos de su vida a oídos de desconocidos... ¿Qué especie de insano placer morboso sienten mientras quienes somos mudos y obligados testigos del hecho solo experimentamos vergüenza ajena?
Voy a gritar desde aquí con todas mis fuerzas, a ver si alguno de estos exhibicionistas se entera...
¡Y a mí que me importa...!