Está claro que vivimos una época convulsa. Difícil para todos los que no somos banqueros y, por tanto, no podemos aspirar a un rescate ni suave ni fuerte, sino que tenemos que seguir día a día partiéndonos el cobre para intentar sobrevivir con mayores impuestos, menores sueldos y enormes impagados de administraciones públicas y entidades privadas... Pero me parece evidente que hay quien en sus psicopáticos delirios se ha equivocado claramente de siglo...
Ni vivimos en el siglo XIII, ni Sevilla es el Bosque de Sherwood, ni Mercadona es el depravado Sheriff de Nottingham, ni Juan Manuel Sánchez Gordillo y sus secuaces del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) son Robin Hood, Little John, el Fraile Tuck y demás legendarios compinches.
Robar en supermercados no es propio de héroes, es propio simple y llanamente de chorizos, sea cual sea el destino de lo robado. ¡Qué valentía más grande la de estos prohombres enfrentándose a malvadas y siniestras cajeras de supermercado! ¡Qué hermoso giro lingüístico llamar "expropiación forzosa" a robar, chorizar, mangar, hurtar..!
Este inefable parlamentario andaluz, ínclito padre de la patria, nos ha marcado el camino al infierno. Veremos si a partir de ahora la escena no se repite hasta la saciedad, y si a la dueña y señora de mi vida; malvada y siniestra cajera de otra cadena de hipermercados; no le toca lidiar con alguna...
¿Es este el ejemplo de lucha que nos propone este enajenado para superar la crisis? ¿Saldré hoy a la calle con mi arco y mi carcaj dispuesto a asaetear a quienes decidieron no pagar trabajos ya hechos que hundieron mi estudio de arquitectura? ¿Me plantaré una vistosa pluma en un gorro verde y entraré en una sucursal bancaria golpeando con una vara a los pérfidos cajeros hasta que me entreguen el dinero, que ya me preocuparé yo de repartirlo entre los pobres?
Pues no... Hoy como ayer seguiré trabajando en un pequeño proyecto de arquitectura para unos amigos y preparando las clases del próximo curso. Hoy como ayer, si deseo ayudar a los más necesitados, seguiré rascándome el cada día más famélico bolsillo para separar unos euros con los que colaborar con Cáritas. Este salvapatrias de pacotilla podría plantearse dar un auténtico ejemplo; comprando con su buen sueldo de parlamentario esos alimentos para después repartirlos entre quienes buenamente desee.
Y mientras los demás seguimos luchando por salir de esta sin robar a nadie, exijo como ciudadano andaluz que Juan Manuel Sánchez Gordillo; personaje siniestro donde los haya que siempre ha estado a partir un piñón con proetarras de todo tipo y condición para los que es un auténtico icono (basta bucear un rato por la red para corroborarlo); sea expulsado inmediatamente de la cámara autonómica y sea juzgado junto con sus intrépidos correligionarios como lo que es; un vulgar chorizo... Perdón, presunto chorizo...